,

Harina de garbanzos, el humilde ingrediente de tiempos de escasez, en auge gracias a celíacos y veganos

El garbanzo se cultiva desde hace 9.000 años y como con cualquier otra semilla rica en almidón, lo primero que hicieron con él nuestros antepasados fue molerlo para obtener una harina amarillenta, un tanto basta, aromática y sabrosa que históricamente se ha empleado en los países mediterráneos para hacer pan en épocas de escasez.

 

Además, a lo largo del tiempo, la harina de garbanzos se ha venido utilizando para muchos otros usos, tales como elaborar buñuelos, tortillitas, bizcochos, o tortas como la farinata o la socca nizarda. Sin embargo, hace solo algunos años se había convertido en un producto olvidado, cuyo uso se limitaba a la elaboración de tortillitas de camarones o similares.

De repente, todo el mundo de la alimentación sin gluten, además del entorno del veganismo empezaron a cobrar fuerza hasta conseguir que hoy, la harina de garbanzos se venda en el supermercado comoun producto básico en la despensa tanto de los celíacos como de los veganos.

Así las cosas, esta harina se utiliza hoy habitualmente como sustituto del huevo para emular la tortilla de patatas, o para hacer queso vegano; pero además, al ser sabrosa y adquirir un sabor umami, la harina de garbanzos se usa para hacer sustitutos caseros de este derivado lácteo.

Por otra parte, es perfecta para sustituir la harina de trigo en bechameles y veloutés, y así elaborar un pan sin gluten y sin levadura que pasa perfectamente la prueba de mojar en la yema de huevo.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.